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La inclusión laboral es un esfuerzo organizacional que incluye diversas prácticas para que diferentes grupos sean tratados por igual. Estas diferencias pueden ser: nacionalidad, edad, raza, etnia, tener alguna discapacidad, entre otros.
La inclusión es un sentido de pertenencia. Las culturas inclusivas hacen que las personas se sientan respetadas y valoradas por lo que son como individuo o grupo. Las personas sienten un nivel de apoyo y compromiso por parte de los demás para que puedan hacer su mejor esfuerzo en el trabajo.
La inclusión a menudo significa un cambio en la mentalidad y la cultura de una organización. Algunos efectos visibles de ello pueden ser, la participación en reuniones, cómo se organizan físicamente las oficinas o el acceso a determinadas instalaciones o información.
El proceso de inclusión involucra a cada individuo y hace que las personas se sientan valoradas para el éxito de la organización. La evidencia muestra que cuando las personas que se sientan valoradas, funcionan a plena capacidad y se sienten parte de la misión de la organización. Este cambio de cultura crea organizaciones de mayor rendimiento donde la motivación y la moral se disparan.
En Chile, se ha legislado a favor de la inclusión laboral en sintonía con el espíritu del concepto. Por eso, en el siguiente artículo queremos repasar de que se trata la inclusión laboral. Además, que hacer para fomentarla.
La Ley de Inclusión Laboral incentiva la inclusión de empleados con discapacidad. Para ello, establece una reserva de empleos del 1% para personas con discapacidad. También incluye a las beneficiarias de la pensión de invalidez de cualquier régimen previsional, en organismos del Estado. Esta ley obliga a empresas privadas que tengan 100 o más trabajadores o funcionarios.
Además, aborda los siguientes temas en torno a la inclusión laboral:
Según el Institute for Community Inclusion de Boston debemos recordar que la inclusión laboral no es:
Las cifras obtenidas del SII muestran que las empresas con 100 o más trabajadores, abrirían 58.760 plazas laborales el 2019. Sin embargo, la cantidad máxima de personas con contratos registrados ante la Dirección del Trabajo es de 23.774, cifra que se redujo a 19.473 al 30 de junio del 2020.
Esta baja tasa de cumplimiento precede a la actual crisis económica. Según El Mostrador, ha sido una tendencia sostenida en el tiempo desde la puesta en marcha de la normativa, en abril de 2018. El incremento del desempleo como consecuencia de la pandemia impactó en la población con discapacidad. Entre marzo y agosto no se registran nuevas contrataciones y, por el contrario, se observa un aumento progresivo de desvinculaciones.
Empresas deben avanzar en la contratación. Según Matías Poblete, presidente de la Asociación Chilena de Discapacidad, afirma que existe un tibio cumplimiento por el estancamiento de la actividad económica. Por eso, a medida que se recupere la economía puedan encontrar trabajo.
Espera que se cumpla la nueva normativa 21.275. En ella, se establece que toda empresa deberá capacitar a un trabajador de RR.HH con conocimientos específicos “en materias que fomenten la inclusión laboral de las personas con discapacidad”. Se entenderá que tienen estos conocimientos los trabajadores que cuenten con una certificación al respecto.
También deberán elaborar y ejecutar anualmente programas de capacitación de su personal. El objetivo es otorgar herramientas para una efectiva inclusión laboral dentro de la empresa.