El capital humano es un elemento esencial para el funcionamiento de una empresa. Comprender sus características y diagnosticarlo resulta un beneficio invaluable. Pero no solo la empresa saca provecho del talento humano, sino que la sociedad entera se ve afectada por su valoración y potenciamiento.
Según OCDE, el concepto de capital humano se define como “la mezcla de aptitudes y habilidades innatas a las personas”. Estas actitudes son el resultado del aprendizaje que adquieren en la educación y la capacitación.
La globalización y los avances tecnológicos han cambiado por completo las relaciones laborales. En ese sentido, son cada vez más las empresas que relevan al conocimiento como el principal factor para elaborar el perfil del personal.
Es así como la gestión de capital humano es un tema que trasciende a cada empresa y tiene implicancias en las políticas de cada país. En consecuencia, la inversión que se realice en educación está estrechamente ligada con los resultados de la calidad de capital humano.
En el caso de Colombia, organismos estatales han calificado al capital humano como el recurso principal para el desarrollo del país. No obstante, la realidad muestra que existen diversos obstáculos que interceden en esta tarea.
Un ejemplo de esto es la tasa de desempleo. El porcentaje de cesantía durante 2021 fue del 13,7%, es decir, más de 3 millones de personas se encuentran en calidad de desocupadas. Esta cifra marca un aumento del 0,86% respecto a la medición de 2020.
Por lo tanto, el desempleo es una de las consecuencias de la falta de inversión en capital humano. La baja capacitación durante la educación formal y en el ámbito laboral son un obstáculo para avanzar en el crecimiento y desarrollo del país.
El estudio Índice de Capital Humano emitido por el Banco Mundial, refleja la carencia de Colombia en relación a sus políticas de capital humano. El informe elaborado en 2020 diagnostica las distintas realidades del mundo con respecto a este tema.
En el caso colombiano, el estudio muestra un puntaje de 0.60 en inversión en capital humano. Dicha cifra posiciona al país lejos de los primeros puestos como Japón y Finlandia, quienes marcan un puntaje de 0.80. Asimismo, en relación a sus pares latinoamericanos, Colombia se encuentra por debajo de países como Chile, Perú y México.
Aunque la inversión en educación ha mejorado en los últimos años, lo cierto es que quedan un montón de desafíos por delante. Ante esto, son varios los aspectos a tener en cuenta para trabajar en la obtención y potenciamiento del capital humano.
Desde la educación formal, hay algunos temas puntuales en los que hacer énfasis. Uno de ellos tiene que ver con la formación de los docentes, quienes deben adaptarse a los nuevos escenarios que impone la sociedad globalizada. Para ello, es crucial el uso de las nuevas tecnologías para vincular las prácticas educativas con la vida cotidiana y la vida laboral.
Por otro lado, es crucial la formación de los estudiantes en base a sus capacidades y cómo estas se relacionan con la vida laboral. Para ello, es fundamental fortalecer las competencias y aptitudes que tenga cada estudiante y luego orientarlas a sus intereses tanto personales como colectivos.
En cuanto al mundo empresarial, su misión es tan importante como las políticas públicas en educación. Para ello, es vital formar una cultura organizacional que contribuya a potenciar los talentos existentes y dar espacio para el surgimiento de otros. Un ejemplo de esto es la implementación de programas de capacitación y formación que estén en consonancia con la transformación digital.