La seguridad en el trabajo es un aspecto infaltable para brindar condiciones laborales dignas. Para ello, es tarea de todos participar de una cultura de prevención que evite situaciones indeseables y proteja la calidad de vida de empleados y empleadores.
Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo, cada año los accidentes y enfermedades laborales provocan la muerte de cerca de 2 millones de personas en el mundo. La mayoría de estas muertes se deben a enfermedades no transmisibles (81%), mientras que el resto son producto de accidentes específicos (19%).
Si bien estas cifras representan una disminución del 14% respecto al inicio de siglo, lo cierto es que el porcentaje sigue siendo alarmante. Sobre todo si se toma en cuenta que muchos de estos fallecimientos pueden prevenirse a través de las medidas correspondientes a la seguridad en el trabajo.
Por otra parte, el informe recalca que los efectos de no contar con un sistema de seguridad, higiene y prevención, afecta a todas las partes. En ese sentido, se advierte que las enfermedades y accidentes relacionados con el trabajo pueden colapsar los sistemas de salud.
Asimismo, en el caso de las empresas y economía en general esta situación produce una reducción de la productividad. Finalmente, quienes se ven más afectados a causa de esta problemática son los hogares de las víctimas, quienes sufren un impacto significativo.
Así como la preocupante situación a nivel mundial, en México el escenario también es adverso. A pesar de que existen 43 normas oficiales que regulan la seguridad y salud en el trabajo, las cifras no son alentadoras.
Según el Instituto Mexicano del Seguro Social, en 2018 se reportaron 48 accidentes laborales cada hora. Es decir, en una jornada diurna de 8 horas, el promedio de estas emergencias fue de 384 casos. Para enfatizar aún más, la institución estatal afirmó que dicho año, por cada minuto transcurrido, una persona se enfrentó a una situación de riesgo.
El artículo 473 de la Ley Federal del Trabajo se encarga de definir el concepto de riesgos de trabajo. En ese sentido, la norma señala que estos son “accidentes y enfermedades a los que están expuestos los trabajadores en ejercicio o con motivo del trabajo”. A partir de esto, la legislación explica y distingue los conceptos de accidente y enfermedad.
Se entiende por accidente laboral a cualquier lesión orgánica o trastorno funcional producido mientras se cumple funciones del trabajo. En este caso, la muerte producida por una actividad en el trabajo también entra en dicha clasificación.
Además de aquellos percances ocurridos durante la labores, también se consideran accidentes laborales otras causas específicas. Especialmente, se tipifica como accidente de trabajo aquel que se produce mientras el trabajador se traslada desde su domicilio a la faena, y viceversa.
Se considera enfermedad de trabajo al “estado patológico derivado de la acción continuada de una causa que tenga su origen o motivo en el trabajo o en el medio en que el trabajador se vea obligado a prestar sus servicios".
En el caso de México, la ley establece que la entidad responsable en materia de seguridad y prevención de riesgos es el patrón. Este tiene el deber de respetar lo que consigna tanto la Ley Federal del Trabajo, como otras normas oficiales referentes a la materia.
Por otra parte, los trabajadores deben estar al tanto y cumplir con las normativas de seguridad e higiene de la legislación nacional. De la misma manera, quienes presten servicios deberán respetar los reglamentos internos de cada empresa en relación a la prevención de riesgos de trabajo.
Aunque existen casos inevitables, hay medidas que se pueden tomar desde la empresa para reducir los incidentes y crear un ambiente seguro:
En la actualidad, el proceso de transformación digital va de la mano con las nuevas formas de prevención de riesgos. A partir de esto, procesos como el Business Intelligence pueden convertirse en aliados de las políticas de salud y seguridad laboral en una empresa.
Reducir el riesgo de accidentes o enfermedades en el lugar de trabajo, o en los desplazamientos hacia y desde él, es en sí mismo un beneficio muy importante. No existe factor más importante que la salud de los empleados.
Si un trabajador sufre una baja a causa de un accidente o una enfermedad, la empresa se verá perjudicada a nivel económico. Esto supone un coste extra para la empresa, por lo que siempre es favorable mantener buenas condiciones para los empleados.
Es evidente que será mucho más agradable trabajar en una empresa que se preocupa, toma medidas e invierte en mejorar nuestra seguridad y bienestar. Esto facilita la relación entre trabajadores y empleadores.
Si una empresa sufre accidentes y bajas por enfermedad de manera recurrente, ello implica sin duda una carga adicional a nivel administrativo y de gestión de recursos humanos, lo que de nuevo repercute en un coste económico adicional que se podría haber evitado.
Reducir el riesgo de accidentes y de enfermedades, y por lo tanto de bajas laborales, repercute directamente en el buen funcionamiento de la empresa, en la reducción de costes y, en consecuencia, en la mejora de los resultados.
Este punto es bastante evidente, pero no por ello menos importante. Cualquier empresa o autónomo con trabajadores a su cargo debe cumplir con las exigencias de la Ley de Prevención de Riegos Laborales. Estas garantizan el derecho de los trabajadores a ejercer su jornada laboral en un entorno sano y seguro. No hacerlo puede suponer sanciones.